Hoy estaba haciendo una práctica de fotografía en la plaza, acompañada por mi hermana mayor, y aproveché unos carritos que vi para mi práctica.
Me acerqué, tomé mi cámara, y me acomodé como toda una profesional.
Saben, para utilizar las cámaras análogas hay que cerrar un ojo, como un pirata; entonces eso hace que sea imposible ver con el otro ojo, pero aun así, sentía que además de mi hermana había alguien más viéndome hacer mi ridícula foto.
Termino y, con ambos ojos abiertos, miro al acompañante.
Supuse que él necesitaba uno de los carritos, así que le cedí el paso.
Pero no, no fue así.
Este señor de avanzada edad se me acerca más y me pregunta: ¿Eres fotógrafa?
Yo, que no estoy ni cerca de serlo, le respondo con una risa: No ¡que va!, apenas soy estudiante.
Él señor me pregunta, mientras observaba mi cámara: ¿Puedo ver tus fotos?
Y yo, un poco insegura, le digo la verdad: Bueeeno, la cámara es de las viejas, no puedo ver las fotos antes de revelarlas.
El me sugirió que le dijera a mi papá que me comprara una cámara digital, por la comodidad, y yo riendo, le dije que utilizaba esa porque era una análoga la que me pedían en la clase.
Y luego de unos segundos, me pregunta: ¿puedo enseñarte las fotos que yo he hecho?
Y yo, sorprendida le pregunto: ¡Oh! Y ¿usted es fotógrafo?
Pero antes de responderme, estaba buscando una cámara compacta que cargaba con él en un canguro en el costado.
La encendió, y empezó a enseñarme las fotografías….
Mientras las mostraba, me iba dando consejos de composición,
“Es bueno que el sujeto esté en su estado natural, las mejores fotografías no están posando… contraste… profundidad… helicópteros… aviones… vista aérea…” fueron algunas de las cosas que iba diciendo mientras mostraba imágenes sorprendentes.
“Mira, esta, es la mejor que te voy a enseñar…”
Había una señora sentada en la grama, con una blusa roja…
“Esta es mi mujer” añadió…
Realmente era una buena fotografía, excelente composición. =)
Siguió, me mostró fotografías de un señor, mientras añadía: Premio Nóbel de la Paz; luego de reuniones de la ONU… ya en ese momento comencé a preguntarme: ¿Quién es este señor? Porque debe ser diplomático, ¡definitivamente! No todo el mundo se codea con la gente de la ONU, ni con el ganador del Premio Nóbel de la Paz. O.o
Luego me enseñó imágenes de personas ayudando en Haití, misioneros llorando por la tragedia, y luego se detuvo y agregó:
Bueno, no voy a enseñaros las fotografías de los muertos ni heridos...
Y yo y mi hermana dijimos al mismo tiempo: Uff, no.
Luego él, guardando su cámara me dice: ¿cómo se llama tu papá?
Y yo le dije el nombre, procurando decirlo un poco enredado, para que no lo entendiera, pues… no se supone que uno debe hablar con desconocidos.
Luego nos dice: “bueno, continúen con su tarea”
Y mientras daba la espalda me dice: Me recuerdas a mi nieta.
No es la primera vez que completos desconocidos se me acercan y me dicen que les recuerdo a sus nietas.
De alguna manera Dios me manda abuelos postizos en la calle. Jejeje.
Pero, nada…
Es una historia bastante paloma, sí, pero así, tan pendejamente, ese señor, un completo desconocido, al que no me atreví a preguntarle el nombre, me alegró el día.
Esta vida es muy interesante. =)